Siento haberte hecho ilusiones con el título del tema, pero no existe ninguna dieta milagro por mucho que te la vendan. De hecho, estoy un poco hartita ya de seguir viendo este tipo de publicidades en pleno siglo XXI.
No sé si esto te ha pasado a ti alguna vez, pero hace unos meses me estaba arreglando para salir con unas amigas y fui a ponerme unos vaqueros que hacía bastante que no me ponía.
Cuando los cogí del armario pensé “pero con lo que me gustan a mí estos vaqueros ¿por qué hace tanto tiempo que no me los pongo?”
Metí el pie derecho, luego el izquierdo, tiré con las dos manos hacia arriba y a la altura de las caderas noté un estrechamiento.
¡¿Pero qué c**o?!
Tiré, tiré y empecé a mover las piernas como si me estuvieran dando calambres. Parecía un intento de baile-ritual, de esos que utilizan en África del Sur para atraer la lluvia... o el que utiliza tu cuñado en las bodas para atraer a las solteras.
Seguí tirando del pantalón hacia arriba con mucho esfuerzo, hasta que conseguí llegar a la altura de la barriga.
Solté un suspiro de cansancio y una gota de sudor empezó a chorrearme por la frente recién maquillada.
¡No cierran!
¡El p*** botón no cierra! Pero ¡¿qué c**o ha pasado aquí?!
Mis vaqueros favoritos: los de buenorra, potorra, triunfadora... ¡NO ME CERRABAN!
Me miré entonces fijamente al espejo y me vi.
Sí, me vi.
Hacía meses que no me prestaba atención de verdad.
No me había dado cuenta de lo que estaba pasando.
Me había abandonado tanto, me había olvidado tanto de mí... que ni siquera me reconocí.
Estaba gorda, fea y triste.
Y justo en ese preciso momento, el mundo se me vino encima.
Nací a finales de los 80, así que crecí con ídolos como Claudia Schiffer, Britney Spears, Naomi Campbell o Pamela Anderson.
La silicona, la delgadez extrema y los tests de la SuperVale eran el pan nuestro de cada día. Bueno, el pan no, porque era lo primero que me quitaban de todas las dietas.
Nunca conseguí mi soñada talla 36 y la última vez que entré en una 38, tenía 16 años.
En mis mejores momentos, en cuanto al peso corporal se refiere, ha sido cuando tallaba una 40.
Y, aunque a regañadientes, me conformaba con esa talla. No sin cortar antes todas las etiquetas de los pantalones vayamos a que alguien se enterase de que estaba gorda.
Sí. La cultura de la delgadez me jod** el cerebro.
Por eso me alegré mucho cuando hace unos pocos años empecé a ver gordas en Redes Sociales hablando de cosas de gordas y problemas de gordas.
Para que nos entendamos, una gorda para mí no es una muchacha que tiene una talla 50. Ser gorda es una mentalidad más que una talla. Y me explico.
Yo he sido gorda cuando tenía una talla 38 porque me miraba al espejo y me decía “qué gorda estás”.
Y ahí empezaba a hacer locuras con la comida.
Ahora veo las pocas fotos que me dejé hacer en ese momento y pienso "¡pero si era un fideo de 59 kg! "
Ya te lo he dicho, el cerebro jod***.
El caso es que empecé a escuchar a un montón de gordas hablar del Body Positive y de quererse y aceptarse a una misma, con su cuerpo, con sus defectos y con su ¿relación tóxica con la comida?, y de que las gordas tienen derechos, etc, etc.
Mira.
¡Viva el Body Positive! En serio. Ojalá sirva para que las nuevas generaciones no crezcan con la misma mierda en la cabeza con la que crecí yo.
Y repito: ¡Viva el Body Positive! ¡Viva! ¡Pero yo quiero estar delgada! O, mejor dicho, quiero estar tocha.
Quiero tener los brazos de Miley Cyrus cuando ganó su primer premio Grammy.
Quiero dejar de pegarme atracones.
Quiero poder salir a la calle en verano con un vestido y no volver con los muslos en carne viva por el roce.
Quiero estar sana de cuerpo y mente.
Quiero ser dueña de mi cuerpo y sus dimensiones.
Así que hace unos meses empecé a buscar motivación y ejercicios que me gustasen.
Y después de mucho buscar y de rechazar "las dietas milagro" porque ya las he probado todas y sé que no funciona ninguna.... he dado por fin con la tecla.
Al principio me costó, pero ya estoy bajando de peso y me siento con mucha energía. Ahora me miro al espejo y pienso: "menudo pivonaco, ¡empotradora!"
Los primero 10 días he perdido 3 kilos (han sido líquidos la mayoría), pero que bien sienta no estar hinchada.
En luzdegonzalo (punto) com estoy contando toda mi evolución para animar a más gente a perder peso de forma saludable y natural.
Un saludo chicas, y sí ¡se puede!
Sí. Estoy segura de ello. Ya me contarás si lo mantienes en el tiempo.
Yo perdí mucho peso y grasa sin padecer hambre y sin gran esfuerzo con fatex y bellex xilanatur.
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